Bruce Taylor nunca pensó que pasados los 70 años iba a estar viviendo una segunda juventud. Y todo gracias a una decisión que cambió su vida: la de volver a estudiar. Este inglés, periodista y durante muchos años director de la Oficina de Turismo de Gran Bretaña, se matriculó en 2012 en la Universidad de Mayores de la Universidad Pontificia Comillas (@UCOMILLAS), una «inversión», como a él le gusta llamarle, que pondría patas arriba su existencia, tanto a nivel laboral, como intelectual y social.
Tras un periplo europeo que le llevó a vivir en Copenhague, Ámsterdam, París o Bruselas, regresó a Madrid en 2012, donde ya había vivido entre 1972 y 1977. Su mujer, aragonesa, trabajaba en el Ministerio de Asuntos Exteriores y fue destinada a la capital de España. «Volví después de 35 años y Madrid era muy diferente a como la había dejado. Mi mujer trabajaba todos los días y yo había perdido el contacto con mis amigos de mi etapa anterior. Estaba bastante perdido. Buscaba algo interesante que hacer y fui salvado por un amigo diplomático danés que había conocido en Copenhague 30 años antes. Me invitó a comer en la cafetería de la Universidad Pontificia Comillas y me vendió la idea de estudiar Humanidades. Me convenció en cinco minutos», explica a 65Ymás Bruce Taylor, que asegura que volver a la universidad le dio «una nueva vida», hasta el punto de que ahora no se marcharía de Madrid «por nada del mundo».
Sus cinco años estudiando Humanidades en la Universidad de Mayores los define como «una experiencia única», que le ha aportado «muchísimo», tanto «a nivel intelectual como social». «Disfruté enormemente e hice nuevos amigos, lo cual es difícil a mi edad. También me ayudó a reconciliarme con una España que había cambiado en el tiempo en el que había estado viviendo en otros lugares de Europa. Me introdujo en Madrid, que es ideal para que viva una persona ‘joven-mayor’ como yo y cuyo estilo de vida no he encontrado en ninguna capital europea», indica.
Más allá de las clases, Bruce participó en muchas de las actividades complementarias que ofrece la Universidad de Mayores. «Me quedé con la frase que nos dijo el director el primer día: ‘Aquí hay tantas cosas que hacer que podéis traeros una cama plegable y quedaros a vivir'». No se lo tomó de forma literal, pero casi. «Me ha servido para mantener el espíritu joven. Es una experiencia que te abre la mente y te hace pensar de manera diferente. Además, hay mucho compañerismo. Conocí a gente muy diferente, con profesiones muy diversas e intereses comunes. Nosotros hablamos del ‘Espíritu Comillas’, un ambiente que es muy difícil de reproducir en otra institución», comenta.
Bruce, que también destaca «lo bien preparado» que está el profesorado, observa muchas diferencias con su anterior etapa universitaria: «Aquí la gente está porque quiere estar y eso se nota mucho. Somos muy participativos, inquietos, preguntamos y queremos saber de todo. Además, las clases no superan los 35 alumnos, lo que hace que la atención sea mucho más individualizada. En aulas con cien alumnos esto resulta imposible».
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