Factores modificables de riesgo coronario y riesgo cardiovascular global

 

Julio Armando Sánchez Delgado

Nailé Edita Sánchez Lara

Policlínico Universitario César Fornet Frutos, Banes, Holguín, Cuba

 

Disponible en: http://revfinlay.sld.cu/index.php/finlay/article/view/946

 

Las enfermedades cardiovasculares resultan las más comunes, graves y de mayor riesgo en términos de mortalidad y morbilidad en gran parte del mundo. Constituyen un problema de salud prevenible si se tienen en cuenta sus factores de riesgo.

 

Introducción

 

Las enfermedades cardiovasculares resultan las más comunes, graves y de mayor riesgo en términos de mortalidad y morbilidad en gran parte del mundo, solo superadas en la actualidad por las enfermedades oncológicas.

 

La morbimortalidad cardiovascular es en la actualidad la principal preocupación no solo de médicos y responsables de Salud Pública a nivel mundial, sino también de las personas comunes de la sociedad, no se puede considerar ya una enfermedad de los países desarrollados, dado que la prevalencia de infarto de miocardio está aumentando en todo el mundo y en todos los estratos socioeconómicos.

 

Las enfermedades cardiovasculares se producen por una desproporción entre el aporte de oxígeno dependiente del flujo sanguíneo coronario y sus requerimientos. La etiología de este proceso es compleja y multifactorial, considerándose como el resultado de la interacción entre una carga genética predisponente y determinados factores ambientales.

 

Dichos factores interactúan entre sí de forma que la suma de varios de ellos tiene un efecto multiplicativo sobre el riesgo global. Entre los principales factores inmodificables que se pueden mencionar están: el sexo, la edad y la herencia genética. Otros sí son susceptibles de supresión o modificación y deberían representar el objetivo principal de las medidas de prevención primaria o secundaria.(2)

Para el año 2025 la mortalidad cardiovascular a nivel mundial posiblemente superará a todos los grandes grupos de enfermedades, incluidas infecciones, cánceres y traumatismos.

 

Su importancia en la sociedad contemporánea es atestiguada por el número casi epidémico de personas afectadas, en especial cuando este número se compara con los informes anecdóticos de su ocurrencia en la literatura médica antes de este siglo. Esta epidemia parece ser real y no resulta de cambios en el diagnóstico o en los procedimientos de certificación.

 

Cuba no está exenta de esa realidad, las enfermedades cardiovasculares en su conjunto ocasionaron entre los años 2017 y 2018, 44,471 fallecidos con una tasa de mortalidad por 100 000 habitantes de 197,6, siendo responsable del 80 % de las defunciones y la pérdida de 10,7

 

El universo estuvo constituido por los ciento cincuenta y ocho individuos con riesgo de enfermedad cardiovascular que acudieron a la consulta de cardiología del área de salud referida. La muestra se determinó por muestreo aleatorio simple y quedó conformada por sesenta y siete adultos que cumplieron los criterios de inclusión y exclusión determinados para la investigación.

 

Se incluyeron en el estudio a quienes expresaron su voluntariedad de participar, expresada mediante la firma del consentimiento informado, la presencia de alguno de los siguientes factores de riesgo coronario o concomitancia de ellos: tabaquismo, obesidad, hipertensión arterial, diabetes mellitus, hipercolesterolemia, residir en el área de salud y estar presentes al momento del estudio. Se excluyeron del estudio a quienes padecían de trastornos psicológicos que invalidaran la participación, enfermedades complejas descompensadas.

 

Las variables analizadas fueron:

 

Edad: (variable cuantitativa) organizada en cinco grupos de 10 años, a partir de la edad con representación en los individuos implicados en la investigación.

 

Sexo: (variable cualitativa dicotómica) masculino y femenino, según sexo genérico.

Factores de riesgo coronario: (variable cualitativa politómica) tabaquismo, obesidad, hipertensión arterial, diabetes mellitus, hipercolesterolemia).

 

Las variables se expresaron en valores absolutos y porcentuales. Se aplicaron los criterios de las tablas de riesgo OMS/SIH para determinar el riesgo cardiovascular global de cada individuo.

 

DISCUSIÓN

 

La investigación muestra una población envejecida con los factores de riesgo coronario propios del mundo desarrollado, que se corresponden con las características de la población cubana actual.

 

La edad y el sexo constituyen los factores personológicos no modificables relacionados con factores ambientales o externos que favorecen la aparición y desarrollo de cardiopatía isquémica.

 

Berdú y cols.(9) reportan un incremento de los factores de riesgo en el sexo femenino luego de los cincuenta años, mientras que Hernández y cols.(10) relacionan la obesidad y el género a la aparición de enfermedad cardiovascular y plantean que la diferencia entre sexos no es significativa para la muestra evaluada.

 

Berlier y cols.(11) al analizar las diferencias de género en los factores de riesgo cardiovascular entre médicos residentes y cardiólogos argentinos reportó un mayor riesgo para el sexo masculino en relación con la ocupación y lo relaciona con la tensión mantenida del ámbito laboral.

 

Los autores consideran que a partir de la sexta década de la vida las diferencias de género disminuyen por la presencia de enfermedades que igualan los riesgos para enfermedad cardiovascular.

 

Estas enfermedades, los hábitos y estilos de vida, son estos momentos causantes de complicaciones y del desarrollo de otras enfermedades complejas por lo que su prevención, diagnóstico y tratamiento precoz constituyen el fundamento de la calidad de vida en la población.

 

Los factores modificables de riesgo cardiovascular con preponderancia de la obesidad, tabaquismo, hipertensión arterial, hipercolesterolemia y dislipidemia son reconocidos.

 

El riesgo de enfermedad cardiovascular se incrementa de acuerdo a la gravedad y desarrollo en el tiempo de los factores de riesgo, se reconoce la influencia del medio comunitario, laboral y familiar; aunque se registra además la presencia de genes o fracciones de ácido desoxirribonucleico a partir de estudios genéticos y de genética poblacional.

 

A criterio de los autores del estudio, la multicausalidad de los factores de riesgo de enfermedad coronaria presupone la necesidad de estudios a largo plazo con inclusión de aspectos genéticos y de la psicología para lograr un diagnóstico, tratamiento y prevención integrales y oportunos.

 

Los resultados pueden expresar la posibilidad de una mayor comorbilidad de enfermedades y factores de riesgo en relación con la edad de la población investigada.

Pérez y cols.(12) señalan la asociación entre tabaquismo, diabetes mellitus y obesidad como riesgo incrementado para enfermedad cardiovascular, mientras que Hernández y cols.(10) y Rodríguez y cols.(13) destacan que las dislipidemias, la obesidad y la diabetes mellitus provocan un incremento de riesgo cardiovascular a partir de la quinta década de vida.

 

La coexistencia de dos o más factores de riesgo significa un riesgo=in crescendo de enfermedades cardiovasculares que aumenta con la edad, afecta a ambos sexos, incide en la calidad de vida e incrementa la probabilidad de muerte.

 

Los resultados están en relación con las variables correspondientes a las tablas utilizadas y presentes en la población evaluada, con predominio de enfermedades que constituyen a su vez factores de riesgo cardiovascular.

 

Rodríguez y cols.(13) encontraron un riesgo muy alto (34,2 %) y coincide en señalar la obesidad (45,4 %) y el tabaquismo (28,2 %) como los factores de riesgo en incremento, por su parte Armas y cols.(14) reportaron un predominio de riesgo bajo (86,25 %), con preponderancia de la obesidad, tabaquismo e hipertensión arterial como los factores de mayor presencia.

 

Los autores asumen que evaluar el riesgo cardiovascular global en poblaciones de alto riesgo por la incidencia de factores de riesgo y enfermedades complejas facilitaría establecer acciones salubristas a mediano y largo plazo con una repercusión favorable en la calidad de vida. La asociación de factores de riesgo cardiovascular modificables influye en la determinación del riesgo cardiovascular.